Vida Abundante Uruguay - Lunes 14 de febrero 2022
Más allá de lo que mis
ojos pueden ver.
Por: María Eugenia Marichal
Recordemos que el libro de Habacuc comienza con el profeta desanimado, presentando su queja ante Dios, preguntándole lo siguiente; ¨¿Hasta cuándo debo pedir ayuda, oh Señor?¨. Vimos que en determinadas circunstancias es válido clamar a Dios de esta forma. Hoy reflexionemos en el giro que da Habacuc, de la queja a la oración, de los ojos fijos en el aquí y ahora a la convicción de esperar lo que no se ve y de vivir por fe.
Dios envía al profeta a escribir la visión, lo cual era algo inusual, pero necesario porque estaba enfocada en el futuro. Para Dios es importante que sepamos que debemos esperar y en esa espera permanecer fieles, esto es lo que Habacuc describe como vivir por fe, ¨pero el justo vivirá por su fidelidad a Dios¨ (NTV).
¨Escribe la visión¨ ¿qué debemos saber y entender acerca de una visión que proviene de Dios y como está nos impulsa a vivir por fe?
1) La visión nos mantiene en el camino.
Si tenemos claro hacia donde nos dirigimos, será más sencillo para nosotros mantenernos firmes a pesar de la adversidad (lo que pasaría con la tribu de Judá es un claro ejemplo de porque la visión debía ser escrita)
2) La visión nos hace accionar.
Saber hacía donde debemos ir, nos lleva a accionar, a dar pasos de fe y a permanecer fieles a Dios.
3) La visión cambia nuestra perspectiva.
Nos vuelve dependientes de Dios.
Habacuc recuerda en su oración (Hab.3) algunos hechos del pasado donde Dios libera a su pueblo. Dios es fiel, las promesas que Él nos hizo siguen vigentes, sigamos dependiendo de Él.
4) La visión nos enseña a esperar con paciencia.
Esperar en Dios y en sus tiempos es parte de la visión, no desesperar sino ejercitar la fe porque aunque parezca tardar, sin falta vendrá.
Padre, sopla vida en aquello que tu depositaste hace tiempo en nosotros, en la visión que se apagó. Despiértanos para hacer tu voluntad en este tiempo.