Vida Abundante Uruguay - Martes 21 de Junio 2022
Milagros de Sanidad
¨Uno de ellos era un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio y supo que hacía tanto tiempo que padecía la enfermedad, le preguntó: -¿Te gustaría recuperar la salud?- Es que no puedo, señor- contestó el enfermo-, porque no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se agita el agua. Siempre alguien llega antes que yo. Jesús le dijo: -¡Ponte en pie, toma tu camilla y anda!...pero Jesús lo encontró en el templo y le dijo: ¨Ya estás sano; así que deja de pecar o podría sucederte algo mucho peor¨ Juan 5: 5-8; 14 (NTV)
Dentro de los diferentes milagros que Dios hace, encontramos lo que llamamos milagros de sanidad. Pues bien, meditemos un poco más a la luz de la Palabra allí en Juan 5. Aparentemente se trata solo de la sanidad física de un hombre paralítico pero hay un tesoro escondido.
Centrémonos en la pregunta de Jesús, ¨¿Te gustaría recuperar la salud?¨.
Obviamente el hombre si quería ser sano pero no estaba yendo al ¨estanque¨ correcto y no sabía que no solo necesitaba recuperar su salud física sino su salud integral. No solo se trataba de su invalidez física sino de su invalidez espiritual y emocional. Además, su limitación física conllevaba, depresión, aislamiento, rechazo, etc. La verdadera sanidad y libertad que Jesús le estaba ofreciendo y en la que estaba más interesado era en la interior, la que el ojo humano no tiene alcance y que trasciende lo físico, eso es milagro de sanidad.
Nuestra salud necesita ser restaurada. Cuatro áreas de nuestras vidas que necesitan desesperadamente la intervención de Jesús.
1) Nuestra salud mental/ emociones. Lo que ocurre en nuestra cabeza impacta de manera positiva o negativa en nuestra vida. Jesús sabe que necesitamos sanidad allí para que tengamos una vida plena.
2) Nuestra confianza; en Él, en nosotros mismos y en nuestro prójimo. Entendiendo siempre que solo El es perfecto, que es Su gracia que nos transforma y que nos ayuda a confiar de manera sana en los demás.
3) Nuestra fe. Actuar, obedecer conforme a la fe que decimos tener. Ejercitar nuestra fe provoca que Jesús haga el milagro que anhelamos.
4) Nuestro corazón. Ezequiel 36:26 (NTV) ¨Les daré un corazón nuevo…les quitaré ese terco corazón…¨ Jesús quiere transformar nuestro corazón pero ¿se lo permitimos?
Señor, queremos que nos sanes, ¡creemos en que Tu todo lo puedes!