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Vida Abundante Uruguay - Miércoles 26 de Enero 2022 

¿Hasta cuándo, Señor?

Por: Leticia Viera

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¿Hasta cuándo Señor,he de pedirte ayuda sin que tu me escuches ?

¿Hasta cuándo he de quejarme de la violencia sin que tú me salves?

Habacuc 1:1-2 NVI

 

¿Cuántas veces hemos tenido estas conversaciones con Dios o decimos oraciones quejosas en tiempos de angustia, de incertidumbre, cuando las cosas no salen bien? 

 

Cuando mencionamos la palabra queja viene a nuestra mente que la misma encierra una actitud negativa delante de Dios, pero si recorremos las escrituras, veremos que, en muchas ocasiones hombres y mujeres presentaron su queja delante de Dios y Sus oídos no se cerraron.

 

Quejarnos no está mal. El problema surge cuando no lo hacemos con la actitud correcta, centrado en Dios mismo, con humildad y honestidad en el corazón.

 

La diferencia esta en examinar nuestro corazón:

 

¿Estamos acusando y demandando a Dios por lo que estamos viviendo? 

¿Estamos exigiendo respuestas?

¿Estamos exigiendo y limitando Sus tiempos?

 

Habacuc estaba en un tiempo difícil luchando con la situación de aquel momento. 

La Biblia no relata por cuanto tiempo estuvo en esa condición, pero si es evidente su estado de cansancio y desesperanza por la maldad, violencia, injusticia, y, una sociedad en decadencia lejos de Dios.

 

El estado emocional en la que se encontraba el profeta puede ser el mismo estado en la que nos podemos encontrar muchos de nosotros: abrumados, debilitados, con dudas, cansados de esperar respuestas, llenos de preguntas como las de Habacuc: ¿hasta cuándo?, ¿por qué?

 

Lo que sí me transmiten estas preguntas es la necesidad de escucha y salvación por un lado; y, la necesidad de Dios mismo, porque pareciera como si Él estuviera ausente e indiferente; lo que daría la impresión de que el profeta estaba luchando solo. 

 

Así muchas veces, nos encontramos carentes de respuestas, luchando solos, pensando que Dios es indiferente a nuestra queja. 

 

En el desarrollo de esta historia como la de muchas otras que encontramos en la Biblia, Dios nos garantiza que sus oídos están atentos a nuestras quejas y traerá respuestas a nuestras preguntas: “Los ojos de el Señor están sobre los justos, y sus oídos, atentos a sus oraciones” (Salmos 34:15).

 

Él no es indiferente, no esta inactivo, sino que está preparando el mejor escenario para sorprendernos. 

 

Es tiempo de abrazar la esperanza. No nos conformemos ni naturalicemos en estos días malos lo que sucede a nuestro alrededor, es tiempo de desarrollar más fe y presentar nuestras quejas delante de Dios con un corazón reverente. Si estamos orando oremos más, clamemos creyendo que algo Él está haciendo y pronto saldrán a luz sus respuestas.

 

¡Miren a las naciones! ¡Contemplen y queden asombrados!. Estoy por hacer en estos días cosas tan sorprendentes que no las creerán aunque alguien se las explique!  (Habacuc 1:5).

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