Vida Abundante Uruguay - Miércoles 22 de Diciembre 2021
La decisión de la gratitud
Por: María Eugenía Marichal
Lucas 2:20 ¨Los pastores regresaron a sus rebaños, glorificando y alabando a Dios por lo que habían visto y oído. Todo sucedió tal como el ángel les había dicho.¨
¡Qué bello es imaginar a estos pastores dando gloria y alabanza a Dios! Ellos tuvieron la oportunidad de ver a Jesús en el pesebre, al Hijo de Dios encarnado, al Mesías prometido. Prorrumpieron con gozo por aquel encuentro, el corazón de ellos estalló en genuina alabanza a Dios.
Recordar el nacimiento de Jesús es algo que debe provocar en nosotros lo mismo que provocó en aquellos pastores y en quienes vieron al Hijo de Dios en forma de Hombre. Pero vivir agradecidos es una actitud, es un hábito que se desarrolla en toda circunstancia, y/o en toda época del año.
Podemos definir la gratitud de la siguiente manera; es una decisión, un acto de adoración (Lucas 17:15-16) y un acto de obediencia. En algunas ocasiones estamos tan enfocados en las dificultades, en las malas ¨estaciones¨ de la vida que apenas si le agradecemos a Dios. Por eso debemos recordarle a nuestra alma, ¨Que todo lo que soy alabe al Señor; que nunca olvide todas las cosas buenas que hace por mi¨ (Salmo103: 2 NTV).
Hoy los invitamos a hacer como David, María o como el leproso que no sabemos su nombre pero cayó a los pies de Jesús en adoración. Entremos a nuestro lugar secreto y nuestra boca se llene de alabanzas al Rey.
Oh Señor estamos frente a ti, queremos recordar todas las cosas buenas que haces por nosotros. Señor es un milagro cada mañana al despertar, el poder abrir nuestros ojos, es un milagro el ser tus hijos, es un milagro el que nos hayas salvado. Es un milagro el que no nos llames por nuestro pecado ni por nuestra condición pasada. Es un milagro que hoy podamos adorarte y ser parte de tu reino aquí en la tierra. ¡Cómo no adorarte con nuestras palabras y nuestras acciones! Nuestra vida es un milagro, el que podamos hoy respirar es un milagro. Todo nuestro ser prorrumpe ante ti Majestuoso Rey y le recordamos a nuestra alma cuan bueno eres. Porque es un milagro el que tu nos veas y no desistas de nosotros. Queremos volver a asombrarnos si es que nuestra alma dejó de hacerlo. ¡Porque es un milagro estar frente a ti y sabernos tus hijos, y que nada nos puede separar de tu amor! Cuantos milagros haces cotidianamente y nos los vemos…
Sigue allí en tu intimidad con Papá, cuéntale cuan agradecido estás, recuérdale a tu alma todo lo que ha hecho Papá.
Gracias por habernos leído en todo este año. ¡Nos vemos pronto!